La sala de máquinas de una empresa de servicios

Las empresas de servicios en general y las asesorías y los despachos de abogados en particular, no tienen maquinaria que fabrique sus productos. Ni tampoco fábricas. Nuestra sala de máquinas son las personas que forman parte de la organización. Aquellas personas que dan un servicio, de cualquier tipo, al cliente final. Nuestra cadena de producción no es otra que la suma de acciones de todas las personas de la organización, que tienen como objetivo resolver una necesidad, solucionar un problema y/o ofrecer seguridad.

 

Así pues, dos cosas son necesarias a partes iguales. Por un lado, retener a aquellas personas que ya forman parte de la organización y que crean valor en el tejido productivo de la empresa y, por otro, captar a nuevas personas; eso que tanto se ha puesto de moda y se llama “captación de talento”; con la intención de mejorar un área, desarrollar una nueva o, simplemente, acompañar el crecimiento de la propia empresa.

 

Y no, no quiero que del párrafo anterior se desprenda una visión paternalista. La empresa debe conocer a su gente, tener claras sus preferencias, visualizar el objetivo que quiere conseguir y retener y/o captar, potenciar, integrar y fidelizar aquella gente que lo hace posible.

 

Sabemos que ni siempre será posible, ni el esfuerzo debe ser el mismo para todo el mundo. Pero sin ninguna duda el conocimiento, la actitud, la habilidad y el talento debe condicionar el esfuerzo de la organización hacia la retención o captación de la persona.

 

Se habla mucho, también, sobre la captación y retención de talento en las nuevas generaciones de trabajadores, aquellos que o llevan poco tiempo en el mercado actual o, incluso, aún tienen que incorporarse. Y es obvio que las motivaciones y el desarrollo tanto personal como profesional de los jóvenes es diferente a la sociedad más madura, sobre todo por el “gap” generacional que existe. Pero no es menos cierto que las empresas y organizaciones deben encontrar la manera de encajar a los jóvenes en sus salas de máquinas. Al final, se trata de un quid pro quo.

 

Desde el punto de vista de la empresa, que es lo que nos ocupa aquí, es necesario que esta última traslade a las nuevas generaciones los siguientes puntos de vista:

 

  • (1) La visión a mediolargo plazo frente a la priorización del beneficio inmediato. Las estructuras sólidas y bien asentadas son, igual que las relaciones empresa – trabajador, más fructíferas para ambas partes.
  • (2) El desarrollo o crecimiento profesional no choca frontalmente con el desarrollo o crecimiento personal de uno mismo, sino todo lo contrario. El crecimiento profesional y personal a menudo van de la mano y se convierte en un motor esencial para el crecimiento personal.
  • (3) Y, finalmente, enseñar cómo el trabajo tiene un impacto real y positivo para la organización. En los momentos iniciales de una carrera profesional es necesario que aquella persona que empieza se sienta parte activa de un proyecto con sentido.

 

Queda claro, pues, que la gente es un activo esencial. Y las empresas que lo entiendan, lo trabajen, lo organicen y creen una consciencia de grupo y un espíritu de equipo, tendrán una ventaja competitiva respecto a las otras.

 

 

Baldiri Gironella Gironell

Director general

bgironella@tax.es

Plan de recuperación, transformación y resiliencia
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