La gestión del negocio y la cohesión de equipos

Un año más nos encontramos dando los primeros pasos de la campaña de la renta. Nuestros clientes ya hacen llamadas con el deseo de dejar esta obligación fiscal resuelta y, en la mayoría de casos, descansar después de la “sorpresa” del resultado a pagar… No siempre son sorpresas negativas ya que se ha trabajado con cuidado para minimizar impactos económicos y buscamos todos los beneficios que permite la normativa para aligerar el resultado.

 

Estas fechas son uno de los retos anuales. ¿Cómo lo gestionamos? De hecho, sumarles a las tareas habituales de seguimiento, una campaña como esta del IRPF, es un reto de gestión pensando que debemos contar con los asesores preparados y con conocimiento del cliente para dar un servicio de calidad. No nos podemos ni plantear hacer contrataciones expertas de manera temporal, ya que transformaríamos nuestro servicio en un trámite desnudo del conocimiento y trato habitual con quienes nos depositan su confianza.

 

Debemos alcanzar el hito de la eficiencia por la vía de la mirada al equipo. Un equipo bien conducido puede multiplicar los resultados. La conducción deberá pensar en la satisfacción de los miembros de este grupo de personas que se relacionan entre ellas con fluidez y con sentido de pertenencia a una organización en la que se sientan identificados.

 

Estos días, en algunas de las oficinas, hemos llevado a cabo una experiencia de conocimiento entre las personas. Como ya saben nuestros clientes, el crecimiento de TAX por la vía de la integración de otras organizaciones ha sido una realidad. Hacer la integración, sin parar el funcionamiento diario de la actividad para dar siempre servicio, como es nuestra obligación, es un reto añadido. Hasta ahora no ha sido una dificultad insalvable por dos razones:

 

  • La primera la podríamos entender pensando que las personas, los profesionales, deseamos estar a gusto en nuestro puesto de trabajo. Es necesario que las direcciones de las empresas piensen ante los retos constantes como lo pueden asumir los que participan en cada fase del proceso y mantener los niveles de calidad del trabajo. Quizás tensando un poco el ritmo, pero con plena harmonía y sin la afectación que esto puede suponer en el carácter, el humor, la actitud en la relación.

Vemos este mismo ejemplo en el ámbito deportivo. Los mismos participantes del equipo, de un año al otro parecen diferentes y los resultados también varían de manera sustancial. Se ha creado una nueva ánima interna que hace del esfuerzo un motivo de ayuda mutua.

  • Esta es la segunda razón. De una organización en la que no se habla mucho del trabajo en equipo como tal, por el motivo que ya existe de manera natural, se puede esperar un gran resultado en momentos de retos importantes.

Incorporar como cultura interna estos hábitos, estas habilidades de hablar en plural de manera constante ofrece mucha fiabilidad y la seguridad de estar preparados para dar respuesta inmediata a retos de campañas o a incidencias en las que se encuentran nuestros clientes.

 

Objetivos de clientes y profesionales de la organización que son coincidentes y nos hacen avanzar con mejor ritmo y resultados. Pensar también que por mucha carga de trabajo que aparezca, la aplicación de los objetivos por equipos nos lleva al éxito. Esta palabra que planea a la hora de fijar la manera de actuar, SMART, nos facilita hacer que la tarea de cada persona de la organización sea específica, medible, alcanzable, relevante y llegar a tiempo. Todo es iniciar el camino y al poco tiempo respiras esta cultura de progreso.

Tenemos en la cabeza esta idea que pone en el centro del negocio a los clientes y en el centro de la organización a las personas como equipo comprometido.

 

Jordi Adell Herrera

Director TAX BCB

jordi.adell@tax.es

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