Una de las decisiones más importantes en nuestras vidas es pensar cómo queremos dejar nuestros bienes en el momento que faltamos. Si tenemos seres queridos, lo que menos desearemos será dejarles una fuente de conflictos y desavenencias, sino que querremos que puedan disfrutar del patrimonio que hayamos ahorrado.
Para ello hacen falta dos cuestiones. En primer lugar, pensar en nuestro testamento, entendiendo que se trata de un traje a medida para cada persona dependiendo de las circunstancias familiares (los objetivos a proteger no serán los mismos por una persona soltera, casada, con hijos,...), de las circunstancias patrimoniales (no es lo mismo tener inmuebles, que dinero o acciones de una empresa familiar,...) o de las circunstancias personales (puedo preferir dar en vida, hacer determinados legados,...).
En segundo lugar, una vez tenemos claro cómo queremos ordenar nuestra sucesión y hemos decidido a quién y de qué manera queremos dejar nuestros bienes, es importante ser consciente de las repercusiones económicas que esto supondrá. Determinar el coste que representará la sucesión es una información básica que hay que conocer a priori, puesto que de este modo estaremos a tiempo de buscar soluciones y anticiparnos a consecuencias no deseadas.
Pensamos que es una lástima la cantidad de herencias que quedan sin aceptar y son rechazadas (sobre todo cuando en la masa hereditaria no hay líquido sino inmuebles con un préstamo hipotecario y se presenta una importante complejidad para pagar los impuestos de sucesiones y de plusvalía municipal). Hay que ser conscientes que en plena pandemia se encareció de forma significativa el impuesto de sucesiones en Cataluña por la incompatibilidad de bonificaciones, entre otras modificaciones normativas, de forma que heredar sale ahora mucho más caro.
Con antelación se hace posible pensar en opciones que resuelvan problemas futuros.
Es imprescindible plantearse varios supuestos y conocer sus costes: posibilidad de dar en vida o heredar, o bien dar en vida determinados bienes como acciones de empresa familiar y transmitir el patrimonio personal vía hereditaria para disfrutar al máximo de las bonificaciones, contratar seguros de vida,...
Para evitar problemas futuros, hará falta pensar cómo nuestros herederos podrán pagar, en su caso, la legítima, a cuánto subirá su importe y con qué bienes la podrán satisfacer.
Identificando las posibles problemáticas que se podrían presentar en un futuro podremos ver a qué figuras jurídicas podemos recorrer para dar solución: entrega de legados, fideicomisos para regular sucesiones futuras, prohibiciones de disponer, desheredaciones, pactos sucesorios, ...
Todos estamos de acuerdo en que es importante ahorrar dinero y quebraderos de cabeza a las personas que uno aprecia; por eso más vale planificar a tiempo nuestra sucesión. Y ello es tan sencillo -y tan complejo- como seguir estos tres pasos: 1) preguntarnos qué destino queremos dar a nuestros bienes; 2) saber cuánto cuesta y 3) estudiar qué opciones hay para mejorar este coste impositivo.
Destinar un tiempo y unos recursos siempre nos saldrá a cuenta.
En Tax Legal estamos a vuestro lado para asesoraros en esta materia y buscar la solución que mejor se ajuste a vuestras necesidades.
Rafael Llorens
Socio Responsable Área Legal Tax Barcelona