El desarrollo evolutivo de una empresa empieza el mismo día que un emprendedor tiene una idea relacionada con un servicio o producto para cubrir una necesidad detectada existente o prevista.
En una primera etapa todo se centra en el producto/servicio y en como éste va mejorando en su función de ser aceptado por un mercado concreto.
Muchas veces se cree que el hecho de tener un buen producto o servicio es sinónimo de que la empresa tenga éxito. Y no es así.
A medida que el producto está siendo desarrollado se debe conformar a su alrededor una idea de negocio que a su vez debe dar lugar a una idea de empresa donde temas como organización, departamentos, costes, contabilidad, relaciones laborales, cumplimientos normativos, fiscalidad, etc. Van apareciendo por el horizonte.
En la mayoría de los casos, el emprendedor que ha iniciado el proyecto, es un gran conocedor del mismo, pero no domina muchos de los aspectos y necesidades que van apareciendo en el proceso que va de convertir este producto/servicio o idea en una empresa, con todos su condicionantes.
Con el mismo desarrollo de la empresa surge la necesidad de tener profesionales en los ámbitos tan concretos como contabilidad, informática, recursos humanos, Marketing, producción, etc. que, en muchos casos, tienen perfiles absolutamente diferentes, ya que pueden ser totalmente diferentes los unos de los otros.
Si bien es cierto que dependiendo de la dimensión que la empresa va adquiriendo estas áreas funcionales pueden ser externalizadas, llega un momento en que estas funciones profesionales o algunas de ellas deben estar internalizadas dentro de la organización.
De todos modos, hay una cosa que considero fundamental, que es la interrelación entre los diferentes profesionales de los diferentes ámbitos. Estos pueden tener diferentes capacidades, pero deben tener un nexo común. Los diferentes académicos que han estudiado el tema han encontrado diferentes nomenclaturas para poderlo explicar – MISIÓN – CULTURA EMPRESARIAL – VISIÓN ETC.
Los profesionales responsables de los diferentes ámbitos se deben interrelacionar entre ellos con un concepto de Cliente/Proveedor Interno. Esto quiere decir que cada uno de los distintos ámbitos deben dar servicio a los otros como si se tratara de un cliente o proveedor externo. Por ejemplo, el área de contabilidad ofrece un servicio de información para que el departamento de I+D+i saque conclusiones que le sirvan para optimizar sus recursos, el departamento de ventas ofrece visiones del mercado que sirven para el departamento de producción, etc.
Por lo tanto, podemos concluir que los profesionales de los diferentes ámbitos es muy importante que se ocupen de su área, pero no podemos perder de vista una visión global de los objetivos fijados por la dirección, tanto en el ámbito que les corresponde, como en los objetivos globales conjuntos que toda empresa debe tener.
Alfonso Porro García
Empresario y socio de TAX